Eso que se llama amor...

Ese sentimiento que te hace sentir en las nubes, que provoca dolor de estómago, que te hace sonreir como tonto, que te pone a pensar que todo es lindo, que te hace sufrir sin medida, que te lleva a imaginar cosas... Si, ese mismo que todos deseamos sentir (unos más, otros menos), y que nos lleva del cielo al mismísimo infierno...
Sería bueno determinar en cuando, el como, y el con quien sentir esto, pero al juego se entra sin querer, sin invitación, en el momento más inesperado, es una especie de balde de agua fría que te moja, dejándo anonadado a quien lo reciba, sin posibilidades ni siquiera de secarse. Ahora lo más curioso es que mientras menos se quiera estar con alguien en el departamento del amor, este se empeña con más fuerza en llegar, es como una manera de no permitirnos olvidarlo... Aparece, aparece, y por más que uno esquive sus flechas, es peor aún el asunto, pues la ansiedad hacia el personaje en cuestión crece, creCE Y CRECE...
Es difícil mantenerse fuera del depto. del amor, sobre todo sano y salvo. Yo, por mi parte lo he logrado, y espero seguir así por un buen tiempo, aunque uno nunca está a salvo. Ahora lo bueno del asunto en que mientras más juegos se realicen, más fácil es jugar con la siguiente ficha...