Volviendo a la "Sick Golden Card"...

Si bien nunca he sido una persona enfermiza, o sea que pasa resfriada o algo así gran parte del año, no gozo de una salud impecable, pues cuando me enfermo...Me enfermo, con ganas y por partida doble, pues como dicen las desgracias nunca vienen solas, y así me pasa a mí. Rubeola con anemia, anemia con tumor de carne, tumor con operación de mandíbula, descubrimiento de problemas renales y de estómago al mismo tiempo, y así por nombrar algunas de mis aventuras médicas, que por lo general son de esas cosas que le dan a uno entre mil... Y bueno, yo casi siempre me saco la lotería, aunque gracias Dios, no muy seguido.
En estos días, luego de un largo periodo de gozar de buena salud, voy a mi oculista (soy miope) y me dice que debo hacer unos exámenes más específicos, porque parece que tengo glaucoma... ¡Bingo! Así que ahí partí haciéndome los incómodos exámenes cuando en eso me empiezo a sentir pésimo y... ¡Bingo otra vez! Caigo al hospital deshidratada, con vómito, con fiebre y romadizo, por un virus que se me había metido al cuerpo... Cómo pude olvidar que mis desgracias médicas no vienen solas, debí haber tomado las precauciones del caso.
Parece chiste el asunto, pero es real, y yo lejos de achacarme, ya me lo tomo con humor, un par de veces me ha dado lata ser tan joven y tan "quemada", pero eso me hace peor, además siempre hay que ver para el lado y ver que siempre hay gente que está peor que uno.